domingo, 29 de enero de 2012

city club – hamburguesa members choice


“monstruo mercado”, aparece en el capítulo trece de la quinta temporada de los simpsons, la serie de televisión animada se mofa de esos lugares, muy característicos de los gringos, que funcionan bajo la modalidad de “club de precios” haciendo alusión a productos de enormes dimensiones. si en el país que habito existe la tendencia generalizada a querer destruir nuestro complejo de inferioridad, elaborando monumentales tortas y tacos de longitudes kilométricas para algún día, no muy lejano antes de ser conquistados por el imperialismo yankee, a pesar de haberles copiado el ciento treinta y tres constitucional y el nombre de su suprema corte de justicia, poder obtener el record guiness por tener más record guiness en el mundo. si le pusimos chipotle y aguacate al sushi, arrachera y queso oaxaca a la pizza, de ahí que pregunte: por qué no habremos de mexicanizar ese tipo de lugares y exprimirlos al máximo vendiendo desmedidas hamburguesas que mezclan piña y frijoles refritos, ante la paradoja de paradojas, por qué no comer entonces en: city club.

del cómo:

existen personas que te cautivan por su semblante triste. por su melancolía constante y su renuente alegría. cuyas lágrimas se ocultan hacia el interior de su ser y sus complejas sonrisas pocas veces encuentran destinatario sincero. yo las prefiero a esas personas sobre los comediantes de lo ligero, los irónicos que te advierten su condición o los fanáticos de friends.

pero distingo de la tristeza pasajera y llamativa, muchas veces autoprovocada por rupturas amorosas, egocentrismo o problemitas de tipo incidental como perder un celular o la virginidad misma, sobre aquella tristeza atemporal y discreta, empatada con un enorme listado de clichés sociales que van desde la pérdida de un ser querido hasta el comer en soledad.

dependerá de cada caso en particular ubicarse dentro de algún aspecto antes mencionado, echando mano de la vida y sus circunstancias para continuar.

mi fin de semana pasado fue triste, tuve la sensible pérdida del compatriota detective héctor belascoarán shayne, del peruano ricardo arana mejor conocido como “el esclavo” y de un tipo de origen neoyorkino, que si bien nunca supe su nombre, conocí a gran parte de su familia y prácticamente todas y cada una de sus enfermedades.

no es casualidad que haya seleccionado tres distintos libros, de distintos autores, épocas y géneros y nacionalidades y en los tres haya encontrado el elemento de la muerte en sus personajes principales. una muerte literaria pero muerte al fin. una muerte plasmada en las letras pero letras de taibo, vargas llosa y roth.

autosatisfecho de tristeza, necesitaba una manera de reanimarme. una manta en mi camino advirtió que mi destino era comer y llorar. después me dijo un portero que no hay que comer funesto pero hay que saber masticar.

no hay más, necesitaba un abrazo, necesitaba comer, se me atravesó en mi camino. triste pero hermosa realidad.


pues no es un restaurante, sin embargo el city club cuenta con un área de comidas para aquellos que contamos con membresía. es conocido por varios de nosotros que las pizzas que ellos venden están buenas y algunas otras cosas como las papas con queso o alguna ensaladita así para pasar el rato.

para nada critico el esfuerzo por vender comida en un supermercado al contrario lo creo perfectamente válido, pero que se aprovechan de uno cuando sin más estudio previo se cuelga una manta anunciando la venta de hamburguesas durante los días: jueves, viernes, sábado y domingo. no se vale.

imaginen esa tía gordita que todos tenemos, buena onda, que nunca deja de decirte tu nombre en diminutivo por más ruco que estés, que en las navidades no te da regalo sino un detallito, que siempre está sonriendo y cocina bien a toda madre. bueno pues imagínenla a ella sola haciéndola de parrillera, cocinera, mesera y envolvedora de las hamburguesas que ahí se venden. está complicado.

al parecer a los del city club, se les hizo sencillo pensar que por un precio accesible, y contando con la facilidad de que todos los productos que le puedes poner a la hamburguesa los encuentras por cantidades industriales ahí mismo en su tienda, ya pueden alardear que venden hamburguesas de su marca “members choice”.

observé la lista de elementos adicionales que le podía poner a la hamburguesa y sin el menor empacho, decidí solicitarla con todo, es decir con: carne, lechuga, frijoles, cebolla, catsup, mostaza, mayonesa, tocino, piña, champiñones, aguacate, tomate, salchicha, pepinillos, chiles jalapeños, pepperoni, jamón, queso amarillo y asadero.

veinte ingredientes, dentro de dos panes, así como lo leen, veinte. imaginen el tamaño de aquello. no por algo decían los simpson que en dichos lugares “comprar es una experiencia sobrenatural”, por lo visto también comer.

una vez pagada ante la cajera y solicitada ante mi tía gordita imaginaria, fui testigo ante mis propios ojos de su preparación. esto a todas luces fue malo. creo en la transparencia más que en la opacidad pero tampoco soy de los que creen que me tienes que explicar que el helado de vainilla fue elaborado por una máquina de acero inoxidable construida en alemania y exportada a méxico durante el invierno del ochenta y seis. no carajo, dime a que sabe la nieve y ultimadamadremente cómo se llegó hasta a ella.

chingos de toperguers contenían cada uno de los veinte ingredientes anteriormente descritos, panes por aquí y panes por allá (casi casi como en el 2000 con foz) de dimensiones cuadradas (ha! no había visto el paralelismo entre el partido político acción nacional y lo cuadrado de las hamburguesas), mucho aceite sobre la parrilla, mi tía sudando, haciéndome plática, preocupada por que no se le hiciera mucha fila y usando unos guantecitos de latex para procurar una higiene que las cantidades industriales de ingredientes desequilibraban la zona. ni hablar, recibí el pinche animalote envuelto en un bonito papel cuadriculado a rojo y blanco, lo metió en cajita de hielo seco y después de comerla…

la calificación fue la siguiente:


escala del 1 al 10
ponderación final
sabor
5.5
0.37 x 5.5 = 2.03
ingrediente principal
Ø carne O pollo O pescado O camarón
presentación
8
0.21 x 8 = 1.68
consistencia
6.5
0.20 x 6.5 = 1.3
experiencia
5
0.22 x 5 = 1.1
calificación final = 6.11

diseccionemos o vayamos por partes como dice jack el destripador (mal chiste): siete rebanaditas de pepperoni, una salchicha para asar rebanada en tres, una hoja de lechuga, una rodaja de piña y otra tomate, dos de cebolla, medio aguate, cama de frijoles refritos, mayo, mostaza y ketchup escurriendo de la misma, la carne (qué ya ni me acordaba de ella entre tanta cosa) con dos puños de queso asadero y amarillo rayado sobre la parrilla), todo así montado. el pan tostado tirándole a lo quemado con mucho ajonjolí.
empecé a dejar de saborear cuando a la primera mordida ya me había gastado tres servilletas y el sabor a grasa y a una indefinición de ingredientes se presentaron ante mi paladar de manera tibia.
era obvio que entre tanto ingrediente a la intemperie en los topeguers de mi tía los mismos se encontraban fríos y al momentos de colocarlos sobre la parrilla el calor no fue suficiente para que estuvieran calientes.
les aseguro que la intención es buena, pero es mucha chamba para una sola señora y también pues los ingredientes son de una calidad mediana. para esas mejor me junto con mis amigos y las preparamos nosotros mismos.
llegué triste, me fui también. no las recomiendo ni en casos de urgencia. me da gusto saber que solamente las pueden encontrar durante cuatro días de la semana y en exclusividad para los miembros de dicho supermercado. ojalá y recapaciten y las retiren pronto o hagan una refundación como lo hace cada seis meses el perredé. sino tiene de otro échense una pizza, pero este no es un blog de pizzas (cof cof @_nomeolvides_).
comentarios puntuales:
  • el precio de la hamburguesa solita es de $39.00 pesos. si se quiere con papas aumenta a $49.50 pesos.
  • muy grasosa toda la hamburguesa. escurriendo aceite #yasíbienfeo.
  • entiendo que no es un restaurante pero la higiene en el área de comidas resulta indispensable.
  • aplausos discretos para la gran variedad de ingredientes que se le pueden agregar, aunque la calidad de los mismos es bastante pero bastante regular.
  • la hamburguesa estaba tibia, eso fue altamente desagradable. aplicando una exégesis analógica de carácter bíblica: ojalá fueses fría o caliente, pero por cuanto eres tibia, te vomito de mi boca.
  • las papas, aunque muy flacas e insuficientes para tamaño de hamburguesa, son buenas.
  • el refresco refil cuesta $14.90 pesos. 
mi recomendación es:
hermosa la palabra “triste”, que en la presente ponderación no vale la pena siquiera utilizar para ese intento de hamburguesa. 



1 comentario:

  1. No hay nada malo en estar triste, a todos nos ocurren cosas que nos provocan tristeza y malestar...lo importante es levantarse despuès de cada caìda....
    Roby de finanziamenti

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