sábado, 17 de diciembre de 2011

route 66 – old chicago


tiempos complicados, llenos de vacíos, exhaustos de verdades y satisfechos de mentiras. con un débil sol de invierno manteniéndose entibiado, soportable, diría onetti. días difusos, intermitencias constantes, señales apocalípticas nos acechan, lumpemproletarios cibernéticos alebrestados por copetones que dicen leer historias de ciencia ficción. escaleras infinitas, carreteras de cuota, postmodernidad a la antigua: route 66.

del cómo:
maldigo mi inconsistencia, mi desidia y mi desorganización, bendigo la perseverancia de cuahtemoc en el 88, 94 y 2000, la de amlo en el 2006 y 2012 (y 2018 y 2024), los subcampeonatos de saavedra, los posts de los lunes de alejandro peña, carlos fuentes y su ambición por el nobel, el mosh y su paso por la UNAM, todos los que persiguen sus metas, las perseveran y las alcanzan. lamentablemente yo soy de los otros, de los de modas, de los que creen en el amor eterno hasta que se termina.

no dejé de comer hamburguesas pero sí dejé de reseñar, fue un semestre complicado, lleno de actividades y gastando gran parte de mi tiempo en tratar de entender el control de convencionalidad y los problemas que conlleva su implementación. una sincera disculpa, prometería organizarme mejor y hasta cierto punto jurar que no pasará una sola semana que no reseñe hamburguesa pero la verdad es que soy bastante malo para prometer, de ahí que nunca vaya a ser político, tampoco banquero, ni mucho menos vendedor de fataché.

hay una historia que involucra mis jeans favoritos, un escalón en casa de paulina laguera, sobrepeso, a pamela teutli, un sastre buenísimo y un bullying digno de denuncia que al final del día se conjugan para agradecer a la vida por que todos esos elementos reunidos me hicieron probar las hamburguesas del recién abierto restaurante, rout sixtisix, ruta sesenta y seis para peña nieto y el ticher lopéz dóriga.

mis amigos (que lamentablemente no por algo son mis amigos) al igual que yo)) son muy de modas y desde hace tiempo insistieron en ir a visitar un nuevo lugar (abierto en octubre de 2011) que parece altamente atractivo y que según “el feisbuk” siempre estaba a reventar. fuimos a tomarnos varias cervezas y el lugar me pareció de lo más ordinario del mundo. hasta ahí quedó, yo aposté a que el route 66 duraba abierto a lo mucho hasta finales de año, sin embargo parece que me equivoqué. bien por ellos, mal por mi que decidí volver.

 

el nombre completo con que se anuncia el lugar es: HISTORIC ROUTE 66 GRILL & OVEN DINER, para fines prácticos nos referiremos al lugar como route 66, lo mismo ocurre cuando me refiero a la ministra sánchez cordero cuando bien debiera ser ministra olga maría del carmen sánchez cordero de garcía villegas. beh.

según ellos se distinguen (abro comillas) “por un ambiente amigable y casual para la familia y amigos, con la mejor mezcla de rock clásico, country, blues” (cierro comillas), algo me queda claro de música no saben, de ruido y de escándalo… se llevan la de oro.

el concepto hasta cierto punto está bien planteado, no sé si ejecutado pero la eclecticidad que se respira me hizo sentir hasta cierto punto incómodo. y esto por encontrarme en un lugar que refleja uno de los emblemas de la cultura pop americana del siglo pasado campechaniado y vulnerado con música moderna, cosas mexicanas, bailables antisexys de meseros por doquier y una porra cronométricamente recitada cada hora, que me asustó en un par de ocasiones, algo así como “es laoraaa es laoraa es laora de tomar”… patético o al menos para mi, que soy un saco andante de inseguridades y complejos.

ocho años tocando la batería y asistiendo cada quince días al estadio a gritar goles, irremediablemente mis sentidos pagaría las consecuencias, a mi parecer la música estaba muy pero muy alta, agregando el ruido del lugar y la acústica del mismo, resulta difícil encontrar fielmente la misión y descripción del route 66, al degustar alimentos.

no dudo que sea un agradable lugar para ir a divertirse, de hecho sospecho que los meseros son quienes más se divierten, según yo mi trabajo es uno de los más divertidos del mundo, en comparación de ellos me sentí un pobre diablo. en fin…

después de armarme de valor, decidí solicitar el menú y mediante un apartado titulado chovinistamente mamón “burger road trip”, se describían los cinco tipos de hamburguesas disponibles de la siguiente manera: “te invitamos descubrir nuestras increíbles burgers; de 225 grs, asadas en leña de mezquite e inspiradas en la ruta 66” , “todas incluyen papas a la francesa”.

me decidí por la titulada “old chicago", me guié por la nostalgia de los toros, de mi recién afición por los cachorros, por lo que fue alguna vez el presidente obama pero sobretodo por su descripción, en lo personal, nunca antes descubierta: tomate, lechuga, cebolla, pimiento y champiñones, salza de pizza, salami y queso blanco.

madre mía! una hamburguesa que quiere ser pizza, una pizza que quiso ser hamburguesa! sencillamente una hamburguesa con alma de pizza… la solicité y…

la calificación fue la siguiente:


escala del 1 al 10
ponderación final
sabor
8.5
0.37 x 8.5 = 3.14
ingrediente principal
Ø carne O pollo O pescado O camarón
presentación
8.5
0.21 x 8.5 = 1.78
consistencia
6.5
0.20 x 6.5 = 1.30
experiencia
7.5
0.22 x 7.5 = 1.65
calificación final = 7.88


una vasijita con mantelito a cuadros blanquirrojos presentaban no una hamburguesa, no una pizza, no la old chicago, aquello era un monstruo, una cosa esteticamente precisa, gordita, completa, papas flanqueando su lado derecho. 
empecé a analizar mis comida y la descubrí con una carne muy pero muy gruesa, los ingredientes que me prometía el menú, ahí estaban y sin ningún inconveniente. rica, bastante rica me atrevería a decir, empero al empezar a comerla el pan no resistió la batalla. demasiada importancia paral a carne, la salsa italiana y los ingredientes afines van pasando desapercibidos conforme se degusta el alimento.
bien por el sabor y también por la presentación, lamentablemente el lugar y la consistencia le restaron puntos al alimento. habrá que mejorar algunos detalles si el route 66 quiere consolidarse en monterrey.
comentarios puntuales:
  • el precio de la hamburguesa es de $95.00 pesos.
  • la carne es excesivamente gorda, de un grosor de miedo, el pan claudica ante su presencia. rica, jugoza pero creo toma demasiada importancia sobte todos los demás ingredientes.
  • el pan, de lo mejor, riquísimo, sazonadito, con varios condimentos, mantequillita. uff.
  • de lo italiano o de los ingredientes empatados con la pizza, pues solamente encontré dos peperonis, bien por los trozitos de champiñones y pimientos y la salsa pues normal.
  • las papas a la francesa, normal, eran once gajos sazonados en total.
  • el refresco refil cuesta $29.00 pesos y en lata $29.00. buena onda que te permiten elegir y te transparentan los precios. 

mi recomendación es:
el 66 es el número del diablo, que más sabe por viejo que por diablo. se le otorga el beneficio de la duda al route 66, esperemos su maduración y aprenda de sus errores.